Esta es una extraña historia,
Que les vengo hoy a contar,
Todo empieza con el vino,
Ese que hay que vendimiar.
El que sale de la parra,
Justo lo que se me va!
Y no sé si es por el vino,
El alcohol, la cervezá.
Me da por cambiar acentos,
Ya sé que los pongo mal,
Pero soy yo quien escribe,
Y quien tiene que rimar.
Semejantes tonterías,
Que hoy me vienen al pensar,
Al pensar, que digo... loco!
Si es por el codo empinar.
Y aunque palabras invente,
Si es cuestión de inventar,
Seguro ustedes me entienden,
Mi inusual forma de hablar.
No como esos tan modernos,
Que se comen las letrás,
Pa’ entender esos mensajes,
Que hace falta descifrar.
Como dije fue un tal vino,
Que sale de la cubá,
No la Cuba del Fidelio,
Q no cansa gobernar.
Es la cuba, de barrica,
Donde el vino sabe más,
Que lo bebo con tal gusto,
Sin cuenta llegarme a dar,
Las memeces se me escapan,
Más que cuando bebo aguá.
Si digo tantas tontadas,
Sin sentido, claro está,
Qué más da si voy borracho,
Muy bebido o empaná,
pues hable o esté callado,
Lucidez me faltará.
Es la historia de ese vino,
Vino que me bebo yo ,
Pues sin ser muy vinatero,
Al alcohol no digo NO.
Y mientras todo esto escribo,
Otro trago viene y va...
Y si VEVO no se escribe,
Con las uves de la uvá,
El procesador de textos,
El error corregirá.
Pues aunque sea de pueblo,
Muy de pueblo, de verdad,
No soy tonto, ni ignorante,
Ni retrásado mental.
Aquí hay agua, luz, cemento,
Y farolas que alumbrán,
Ya no hay cámino de cabras,
Las que salen a pastar.
Y con todo esto que digo,
Y digo yo, a que vendrá?
Ah, es cierto… yo decía,
Si me vuelvo a equivocar...
Hay antenas, teles, radios,
Internet y W-LAN,
Que se enteren los pijitos,
Que en la urbe habitán.
Que las cabras en el monte,
Personas en la ciudad,
Y en los pueblos buena gente,
Como no hay en capital.
Que se creen muy señores,
Señoritos, señorás,
Y no saben que la leche,
Sale de una gran vacá.
No señores, no es del brick,
El que ustedes comprarán,
Con ropa de los domingos,
En el Centro Comerciál.
Tanto pijo, tanta city,
Y se van a arrejuntar,
Como aquí van las ovejas,
Todas juntas y apretás.
Sólo falta un pastorcico,
Que les guíe al andar,
Pero como son tan pijos,
El altávoz les dirá:
“Señoritas, señoritos,
Hoy gran oportunidad,
En la zona congelados,
Marisco a precio de pan”.
Otra vez yo me pregunto,
Y el codo vuelvo a empinar,
Qué tiene que ver el vino,
Con los chicos de ciudad.
Lo mismo es la borrachera,
Que me acabo agarrar,
Por beberme todo el vino,
Que tenía en la cubá.
Sólo queda despedirme,
Y a la mona acostar,
Mal será que con resaca,
Tenga yo que trabajar.
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...el vino que tiene asunción...